Si tú lees, ellos también leen

Durante el año 2006, desde el Ministerio de Cultura
se lanzó una campaña publicitaria en cine y televisión que llevaba por
lema: Si tú lees, ellos también leen. La imagen de una niña junto a su
padre, sentados juntos, leyendo cada uno su libro, resultaba muy
convincente.
Según el Plan de Fomento de lectura del Ministerio,
la mejor manera de hacer lectores es ofrecer imágenes lectoras
positivas: que los pequeños vean leer en casa, que la lectura forme
parte de un hecho cotidiano y agradable. Los padres que cuentan cuentos
a sus hijos, que se los leen de forma permanente, que leen delante de
ellos y comentan la ilusión de leer nuevos títulos, están creando un
clima propicio para que crezcan buenos lectores. El hábito de la
lectura no se improvisa,…

Por en Para familias

Durante el año 2006, desde el Ministerio de Cultura
se lanzó una campaña publicitaria en cine y televisión que llevaba por
lema: Si tú lees, ellos también leen. La imagen de una niña junto a su
padre, sentados juntos, leyendo cada uno su libro, resultaba muy
convincente.

Según el Plan de Fomento de lectura del Ministerio,
la mejor manera de hacer lectores es ofrecer imágenes lectoras
positivas: que los pequeños vean leer en casa, que la lectura forme
parte de un hecho cotidiano y agradable. Los padres que cuentan cuentos
a sus hijos, que se los leen de forma permanente, que leen delante de
ellos y comentan la ilusión de leer nuevos títulos, están creando un
clima propicio para que crezcan buenos lectores. El hábito de la
lectura no se improvisa, no se adquiere en un momento concreto de
nuestra vida, sino gradualmente, día a día.

Te invitamos a repasar los consejos para padres de las Bibliotecas Municipales de Madrid:

 

Estimúlalos con tu ejemplo. Los niños tienen que ver, con la mayor frecuencia posible, que los padres y los hermanos leen.

No le obligues a leer.
La lectura no debería imponerse jamás para impedir que el niño la
asocie a algo obligatorio. Cuando se canse déjalo para otra ocasión en
la que el niño esté más predispuesto.

• Los libros han de colocarse en lugares accesibles.
Su manipulación debe llegar a ser habitual. Hay que enseñarles a
respetar el libro pero perdiendo el miedo a que los deterioren con el
uso.

Potencia su biblioteca. Para los niños
son muy importantes sus primeros libros. Procura que los mantenga
ordenados y que esté orgulloso de su colección.

Sienta a los más pequeños en tus piernas y contempla los libros junto a él.

Cuéntale un cuento
cada noche. Al leerlo intenta transmitir entusiasmo: un cuento leído
con teatralidad acapara la atención del niño. Tampoco cortes la
narración ya que los niños necesitan conocer el comienzo, el desarrollo
y el fin de la historia.

Acude a la biblioteca más cercana.
Allí encontrará a otros niños que compartan sus inquietudes y con el
préstamo de libros aprenderá a ser responsable. Déjale elegir a él los
libros que le gustan y procura no imponer tu criterio, limitándote a
realizar sugerencias.

Favorece aquellas lecturas que están en relación con los intereses de los niños (deportes, animales, historia, ciencias…).

Comparte las mismas lecturas de tus hijos y conversa sobre ellas, lo cual provoca además el diálogo y acercamiento entre padres e hijos.

No desesperes
si a pesar de todos los esfuerzos no consigues hacer a tus hijos
lectores. Hay niños que tardan más que otros en acercarse a los libros.