Poesía día a día

El 21 de marzo se celebra el día mundial de la poesía. Una anécdota tras el cual creemos que no debe esconderse (o no debe ocultarse) la propia poesía, que debe (¡y puede!) estar presente en nuestras vidas a diario, sin necesidad de andar desenpolvándola una vez al año sólo porque "toque". ¿Por qué? Pues, sencillamente, porque la poesía es algo NORMAL, en absoluto perjudicial para nuestra salud y, en cualquier caso, constituye una buena forma de introducir un poco más la lectura en nuestra cotidianidad. El Día Internacional de la Poesía fue proclamado por la Conferencia General de la UNESCO y se celebró por primera vez el 21 de marzo de 2000. Hoy se cumple el noveno aniversario de esta…

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El 21 de marzo se celebra el día mundial de la poesía. Una anécdota tras el cual creemos que no debe esconderse (o no debe ocultarse) la propia poesía, que debe (¡y puede!) estar presente en nuestras vidas a diario, sin necesidad de andar desenpolvándola una vez al año sólo porque "toque". ¿Por qué? Pues, sencillamente, porque la poesía es algo NORMAL, en absoluto perjudicial para nuestra salud y, en cualquier caso, constituye una buena forma de introducir un poco más la lectura en nuestra cotidianidad.

 El Día Internacional de la Poesía fue proclamado por la Conferencia General de la UNESCO y se celebró por primera vez el 21 de marzo de 2000. Hoy se cumple el noveno aniversario de esta efeméride cuya finalidad es fomentar el apoyo a los poetas jóvenes, volver al encantamiento de la oralidad, reestablecer el diálogo entre la poesía y las demás artes y recordar que la convivencia y el entendimiento entre las diversas culturas están en la base de los poemas del mundo. ¿Pero cómo podemos llevar la poesía (esa escurridiza palabra) hasta nuestro hogar? Aquí proponemos unos cuantos "trucos" sencillos.

 

  • Colocar poemas (¡Breves!) por diferentes partes de la casa: en caso de tener un/a hij@ que esté empezando a leer, esta puede ser una actividad conjunta (que implicará todo un proceso: escoger los poemas, escribirlos, recortarlos, ilustrarlos…). En caso de tener un adolescente insoportable que preferiría beber coca cola caliente antes que ponerse a pegar poemas por la casa, te animamos a colocar unos cuantos poemas (a ser posible breves, no muy complicados y que traten temas con los cuales se pueda sentir identificad@, como el amor) en lugares "clave" como el frigorífico, el baño o la ducha -plastificar los poemas-. Tarde o temprano los leerá, aunque sea por aburrimiento.
  • Buscar poemas que tengan que ver con elementos del hogar para ir construyendo, junto a nuestro futuro amante de la poesía, nuestra "casa poética": se trata de buscar poemas que hagan referencia a objetos cotidianos y normales. No es sencillo pero si empezamos a buscar descubriremos que hay muchos autores (Pablo Neruda, por ejemplo) que han dedicado muchos poemas a los más diversos objetos. El poeta salmantino Raúl Vacas (raulvacaspolo.blogspot.com) realizó hace unos años una maravillosa exposición en la biblioteca Torrente Ballester de Salamanca (año 2006: "De andar por casa") llevando este ejercicio a su máxima expresión: reprodujo todo un hogar en una sala de exposiciones y acompañó cada objeto con un poema dedicado al mismo.
  • Leerle un poema antes de dormir. Parece una tontería pero no lo es, con lo cual lo vamos a repetir una vez más: Leerle un poema antes de dormir, sin falta.
  • En caso de adquirir alguna mascota nueva podría ser interesante ponerle un nombre de poeta. NOTA: puede que este truco no sólo sea el peor, sino el que más problemas te pueda acarrear cuando te encuentres cuidando de un pez llamado Blas (de Otero) que ya no le interesa a ninguno de tus hijos.
  • Encontrar grabaciones de poetas que reciten bien (Ángel González, José Hierro…) y ponerlos de fondo, como si fuera la radio, mientras se prepara la comida o se realiza cualquier otra activiad. IMPORTANTE: Abstenerse de poetas como Neruda y Jorge Guillén por ser excelentes poetas que recitan fatal. 

 

  • No desdeñar el refrán como elemento poético.
  • Escuchar poemas que se han transformado en canciones (por Serrat, Pedro Guerra, Paco Ibáñez…).
  • Hacer algún concurso casero de poemas tontos y divertidos (entre toda la familia). Implicar a todos y procurar que los adultos no se queden sin participar. La poesía no debe relacionarse, necesariamente, con la infancia y sólo con la infancia.
  • Leer poesía (parece obvio pero debemos leer nosotros primero) y dejarte ver leyendo poesía.
  • Y, finalmente, el punto más importante: ponerle ganas y dejar de considerar el poema como algo raro y difícil (si tú no dejas de verlo así es difícil que lo hagan tus hijos).

Tres odas de Pablo Neruda sobre…

Una cebolla
Unos calcetines
Una cuchara