Los editores pasan a la acción

Las lista de reproches se dividía en los "problemas que crearía el préstamo" para "el alumnado", "el profesor", "los padres" y "las librerías". Aunque algunos quizá adolecían de un exceso de demagogia -"Por la vía del préstamo también se podrían dar gratuitamente materiales escolares, mochilas, pantalones, etc., que se irían pasando, usados, de unos otros", decía uno de ellos- la mayoría de críticas se apoyaba en dudas razonables y sólidas argumentaciones. Más importante, el documento simboliza hasta qué punto los editores de libros de texto están preocupados por la irrupción masiva de programas de gratuidad totalmente contrarios a sus intereses. Año y medio después, el sector ha pasado de una expectante preocupación a la acción más decidida. Cuenta José Moyano,…

Por en Para libreros

Las lista de reproches se dividía en los "problemas que crearía el préstamo" para "el alumnado", "el profesor", "los padres" y "las librerías". Aunque algunos quizá adolecían de un exceso de demagogia -"Por la vía del préstamo también se podrían dar gratuitamente materiales escolares, mochilas, pantalones, etc., que se irían pasando, usados, de unos otros", decía uno de ellos- la mayoría de críticas se apoyaba en dudas razonables y sólidas argumentaciones. Más importante, el documento simboliza hasta qué punto los editores de libros de texto están preocupados por la irrupción masiva de programas de gratuidad totalmente contrarios a sus intereses.
Año y medio después, el sector ha pasado de una expectante preocupación a la acción más decidida. Cuenta José Moyano, presidente de la Asociación Nacional de Editores de Libros y Material de Enseñanza (Anele), que la organización ha interpuesto seis recursos contencioso-administrativos en comunidades que han optado por el sistema de préstamo.
Moyano asegura que los "beneficios editoriales se han visto mermados de manera considerable", y aunque no ofrece cifras concretas, sí reconoce que, dado que la reposición de libros se hace cada cuatro años, no es difícil hacer las cuentas: en las regiones donde la gratuidad es completa se vende "uno de cada cuatro libros".
Muchos temían que la crisis editorial crease una situación favorable para las fusiones y absorciones empresariales, dando lugar a un panorama similar al que se ha consolidado en Francia, donde el préstamo llegó hace 15 años. En el país galo, dos empresas (Lagardère y Éditis) se reparten el pastel. Por el momento no ha habido movimientos en España, pero Moyano no los descarta en el corto-medio plazo.
Más motivos para estar preocupados tienen las editoriales que publican en otras lenguas oficiales. Por ejemplo, las empresas que editan obras en euskera obtienen de los libros de textos un 60% de su facturación. Su coyuntura es extrema.