Dolors Miquel gana el Ferrater de poesía con 'Missa pagesa'

Dolors Miquel es ya una autora consolidada en el panorama poético catalán, con una obra (tiene siete poemarios publicados) que bascula entre el vanguardismo y el lirismo y que tiene muy en cuenta la musicalidad, además de reivindicar un catalán "diverso y de amplio registro, en el que todo tiene cabida, desde los dialectalismos a los cultismos", como reafirmó ayer en la rueda de prensa donde se anunció el fallo. Missa pagesa, que la autora presentó con el significativo seudónimo de Alcormicap Alcapnó, "sigue la estructura de la liturgia de la misa y su base filosófica" y, en este cañamazo, la voz poética "nos invita a concelebrar una denuncia de los aspectos de la vida en la sociedad actual que…

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Dolors Miquel es ya una autora consolidada en el panorama poético catalán, con una obra (tiene siete poemarios publicados) que bascula entre el vanguardismo y el lirismo y que tiene muy en cuenta la musicalidad, además de reivindicar un catalán "diverso y de amplio registro, en el que todo tiene cabida, desde los dialectalismos a los cultismos", como reafirmó ayer en la rueda de prensa donde se anunció el fallo.

Missa pagesa, que la autora presentó con el significativo seudónimo de Alcormicap Alcapnó, "sigue la estructura de la liturgia de la misa y su base filosófica" y, en este cañamazo, la voz poética "nos invita a concelebrar una denuncia de los aspectos de la vida en la sociedad actual que corrompen la integridad personal", según resumió Jordi Cornudella, integrante del jurado.

"En mis anteriores libros abordaba aspectos puntuales, más ligados al yo, como el descubrimiento de la soledad en Haikús del camioner. En éste, en cambio, el yo mira hacia fuera, a la sociedad que le rodea". La autora leridana lanza sus feroces dardos poéticos contra la hipocresía, el materialismo, la necedad depredadora de una sociedad "que casi sólo se comunica virtualmente"…

Todo ello, además, con un trasfondo ecologista, de reivindicación de "nuestra pertenencia a la tierra".

La misa que propone Dolors Miquel constituye, en suma, "un alegato a favor de lo que es invisible: el amor, la magia, lo incomprensible, la espiritualidad. Un alegato a favor de la ingenuidad humana".

Fuente Diario La Vanguardia